10 de febrero de 2011

Los toros y la libertad | Francisco Febres Cordero

Los toros y la libertad | Francisco Febres Cordero

En determinado momento y por las más diversas circunstancias, uno toma la decisión y deja de fumar. No va más. Lo que sigue es sudor, tormento, desquiciamiento ante una decisión que resultó impostergable.

Con los toros no me ocurrió así. Mi distanciamiento fue despacioso y por etapas. Un día (que tenía que ser un día de diciembre, necesariamente) decidí no ir a la corrida. ¿Y la entrada? Las entradas nunca se pierden siempre hay alguien a mano que nos salva del trance y, encima, queda muy agradecido. No fui esa vez, pero si fui otra. Tal vez esa misma temporada o tal vez la del año siguiente. Llegué a la plaza unas veces y otras no llegué.

Pero lo cierto es que, cuando llegaba, me sentía cada vez más extraño, más incómodo, más fuera de sitio, para decirlo en términos taurinos. Me molestaban el ambiente, la gente, ese esnobismo que reina en las gradas, el humo de los puros que fuman los puristas, el jerez, el coño (no el coño de nadie en particular, sino el que pronuncian los que después de pronunciar cualquier palabra, pronuncian también ¡coño!).

Tauromaquia de libro

Fui, pues, desentendiéndome de los toros. Me fui liberando y, como en todo proceso de liberación, hubo una sensación de libertad casi exultante. Pero también un sentimiento de dolor y de nostalgia. Hubo un choque de estados anímicos. A veces, encendía la tele y ¡tac! Pescaba, cerca de la medianoche Tendido Cero, y me quedaba viendo el programa, entendiendo quizá menos de lo que podía haber entendido antes de haberme cortado la coleta de aficionado. Ahora, ya no sabía quién era tal o cual torero pero, al ver cómo toreaba, me emocionaba o me cabreaba. O si no, de pronto, abría un libro y. Bueno, así le otra biografía de Manolete y regresé a la infancia e hice el paseíllo junto a mi hermano Rafael en el patio de nuestra casa de la Floresta y dejé que él, mi hermano, fuera Manolete y yo Islero, a mucha deshonra.

La última vez que me invitaron a ver una corrida, dije que no. Que gracias, pero no. Y después, cuando me invitaron a este mismo restaurante para almorzar, luego de la corrida a la que dije que no, dije que peor; en la Casa de Damián –imaginé- se almorzará con las zetas y ya no estoy en edad de soportar aquello, ¡joder, masho!

Así pues, he llegado a esta provecta edad en que la salud (mental y física) me ha obligado a romper con dos pasiones que en determinado momento me marcaron: el cigarrillo y los toros. Del cigarrillo, confieso que en alguna noche de trasnoche, he dado algunas pitadas. He pecado, para al día siguiente mostrar mi contrición y, sobre todo, mi propósito de enmienda. Y de los toros, reconozco que a veces, cuando nadie me ve, en oscuras y en solitario, ensayo una verónica. O entro a Internet y pongo en el Google Manolete. A veces, Manolete. Otras, Dominguín. Otras, Paco Camino.

¿Sin posibilidad de volver a una plaza?

Pero sé, soy consciente que los toros, como los cigarrillos, están ahí. Y yo puedo volver a fumar cuando me dé la gana, así como creo tener el derecho de poder volver a los toros cuando me dé la gana. Lo que no soporto, lo que no puedo imaginar sin estar al borde de la alferecía es que alguien, cualquiera que sea, me prive de la posibilidad de regresar a la plaza algún día, si es que, ¡qué carajo!, me despierto con las ganas de hacerlo y siento que la sangre se me espesa de tensión, de nervios.

No voy porque no quiero. Igual que no fumo, porque no me da la gana. Pero si alguien proscribiera la venta de tabaco, yo me fabricaría a escondidas los míos y, aunque hubiera dicho que no iba a volver a fumar jamás, fumaría con las pitadas más hondas, más profundas, un cigarrillo tras otro, aunque solo fuera por hacer un ejercicio de libertad. Si alguien proscribiera los toros, viajaría de madrugada a algún páramo y citaría a la muerte en una pelea que la sé perdida de antemano, por el solo prurito de ejercer mi libertad a sentir miedo y sentir arte y sentir bravura y sentir –también sentir- el regusto de la gloria.

¡Que no se atrevan! ¡Que no se atrevan esos Torquemadas que nos tratan de meter a todos en la cárcel de lo políticamente correcto, a decir que se cierran las plazas que existen en casi todos los pueblos y ciudades del país y que los toros quedan prohibidos! ¡Que no se atrevan porque ese mismo instante me levantaré de mi sepulcro y volveré a los toros! Y si ya no existen, me los inventaré. Y haré que José María Plaza vuelva a vestirse de corto y con él marcharé a buscar a los Chalupas perdidos para ver cómo él sigue dando esas verónicas de belleza y cadencia insólitas, que yo jalearé desde el tendido como el más necio, viejo, obsesivo aficionado que juro volver a ser si alguien osa quitarme la posibilidad de, alguna vez regresar a ser espectador de una corrida.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

:) Poético como siempre Francisco, pero creo yo que uno debe trascender, olvidémonos de los toros, pero porque la voluntad es nostálgica, quiere tener siempre la oportunidad de "volver a hacer" en lugar de hacer algo nuevo.
Y trascendiendo además el mero sentimiento de satisfacción. La violencia es un espectáculo innecesario y si pudiéramos detener el asesinato, en lugar de la exhibición sería aún mejor. Que no haya crónica roja, no por censura sino porque no hay historias que cubrir. Y del tabaco, mata casi tantas personas como las leyes, Preocupante verdad?
andres@zeitgeistec.com

Oswaldo Andrade dijo...

Su punto de vista es interesante, pero por el hecho de que uno haya hecho algo anterior mente, y lo haya dejado... y posterior a ello uno quiera regresar, es lo mismo que algunas tribus tengan el derecho de volver a comer carne humana, o a tener muchas esposas (mormones), etc. por el simple hecho de que antes lo haciamos, hay que ir hacia adelante no hacia atras.

Francisco Yépez dijo...

Excelente manera de razonar, soy una persona que desde hace muchos años asisto a la plaza de toros y debo confesar que me identifico con F.F.C cada año me doy cuenta que no es lo mio, talvez lo hice por encajar en el grupo amigos pareja etc, sea lo que sea creo que definitivamente dejar a un lado el morbo y el regocijo que la humanidad siente al ver la muerte de otro ser vivo es fundamental para continuar evolucionando, a pesar de esta vision, siento miedo de pensar que sera lo sigueinte que los gobernantes sean cuales sean nos quieran prohibir, decir q es bueno y que no , hoy los toros, mañana el tabaco despues? el pajaro azul? la chicha? la ayahuasca? las carreras de coches de madera?
no podemos permitir que nuestra libertad este subordinada a los deseos de cualquier gobernante, su mision es la de cuidar y velar por nuestro derecho a decidir, nuestra libertad!!

Anónimo dijo...

estimado:

el fumar lo mata a usted y anadie ma, no podemos seguir mirando POR DIVERSIÓN matar animales, fomenar los esnobismo de otros a costa del dinero PUBLICO de la alcaldía que bien podria ponerse en carreteras u hopitales, que la publicdad esté en otro lado NO EN LA PLAZA.

Anónimo dijo...

Leí este artículo, y realmente me pareció que carece de reflexión, el comparar el fumar con la muerte del toro no tiene sentido, fumar es una decisión personal, un gusto, un vicio, en fin, algo que solo le afecta al que lo hace, las corridas de toros no son algo tan sencillo, porque involucra a un ser vivo que será cruelmente ultrajado hasta perder su vida, en este caso, no es tan solo un gusto personal, ni tampoco se puede decir que no afecta a nadie, porque si lo hace, al animal que tiene que vivir esos momentos de agonía para que unos cuantos festejen, beban y demás, a costa de un ser que está muriendo. Por supuesto que los amantes de la tauromaquia siempre salen con sus geniales “argumentos”: que el toro de lidia se extinguirá si se eliminan las corridas, que el toro no siente nada cuando le clavan las banderillas y las espadas (cosa que es una tontería porque todos los animales tienen Sistema Nervioso Central y eso hace que sientan Dolor cuando penetran su cuerpo y sus órganos), que el toro está viviendo un momento de gloria y muere con honor (creo que los toros no pueden entender estos conceptos tan abstractos, y si pudieran hablar creo que dirían que prefieren evitar la gloria y el honor), que es una costumbre ancestral (que si bien es cierto es una tradición que viene de tiempos de los griegos y que fue traída por los españoles, no por el hecho de ser tradición significa que está correcto, sino podríamos decir que los combates entre gladiadores en épocas romanas deberían volver a realizarse porque era una tradición ancestral), que es arte (bueno todos sabemos cuáles son las artes reconocidas a nivel mundial: arquitectura, escultura, pintura, literatura, danza y música). Pero lo a lo que más quieren aferrarse ahora los taurómacos, es que con la abolición de las corridas de toros se les está coartando su libertad, su libertad de divertirse, pero cabe aquí la reflexión y el derecho del animal? En las corridas se atenta contra los derechos del toro. Hablar de libertad en un hecho como este debería reconsiderarse cuando se está atentando contra la vida de un ser vivo. Sino este mismo argumento podrían utilizar los pedófilos (podrían decir que no le pueden quitar su libertad de disfrutar a costa de un niño) o los asesinos (que también podrían argumentar que le quitan su libertad de disfrutar matando). No se puede seguir permitiendo este tipo de actos que atentan contra la vida de seres que no pueden defenderse, que están ahí en contra de su voluntad y que son asesinados para el disfrute de unos cuántos. Es hora de sensibilizarnos y entender que los animales también sienten, también merecen respeto. Nadie se va a morir si se deja de asesinar a los toros en estos espectáculos y se dejan de realizar estos eventos. Máximo tendrán que buscar otra actividad que realizar como muchas personas ante diversas circunstancias lo han tenido que hacer. Porque ante todo, primero está el RESPETO A LA VIDA.

Vanessa Pérez

Danny Flores dijo...

Estimado Pajaro, excelente comentario, me identifico plenamente, pero quiero agregar algo mas..
Solo el hecho de que exista una persona ( ya sabemos quien)que porque a el no le gusta,trate de prohibir, eso es atentar también con mi libertad de asistir a donde me de la gana de hacerlo, mientras no afecte al resto, es mi decisión y punto.
Cada vez que leo comentarios anti taurinos, la verdad, me hago mas taurino...porque el verso es el mismo: respeto a la vida del toro, matar por diversión etc, pero cuando van a un restaurante argentino, se mandan un lomo saboreando hasta la ultima gota de sangre ( si pidieron termino medio al menos) sin recordar como sacrifican a la res, que de paso, muchas no viven ni la mitad de tiempo que un toro de lidia, porsiacaso.
Si se acaba las corridas, se extinguen los toros de lidia, se termina miles de fuentes de empleo, que están detrás de todo este espectáculo, show o como quieran llamarlo.
Para mi no es cultural, porque no somos España, pero si es una tradición festejar las fiestas de Quito, con toros, y no tomo vino en bota, no digo coño!, ni hablo con la "z", simplemente admiro el arte del toreo, aunque haya mucha gente que no tiene idea de eso, solo le gusta ir a chupar y punto, pero también esta en su pleno derecho, y mejor seguirlo haciendo , antes que también lo prohíba el presi, eso podría ocurrir si algún día algún licor que tome el compañerito, sea chiviado, y de las iras, mande a consulta la prohibición.

danny flores dijo...

Estimado Pajaro, excelente comentario, me identifico plenamente, pero quiero agregar algo mas..
Solo el hecho de que exista una persona ( ya sabemos quien)que porque a el no le gusta,trate de prohibir, eso es atentar también con mi libertad de asistir a donde me de la gana de hacerlo, mientras no afecte al resto, es mi decisión y punto.
Cada vez que leo comentarios anti taurinos, la verdad, me hago mas taurino...porque el verso es el mismo: respeto a la vida del toro, matar por diversión etc, pero cuando van a un restaurante argentino, se mandan un lomo saboreando hasta la ultima gota de sangre ( si pidieron termino medio al menos) sin recordar como sacrifican a la res, que de paso, muchas no viven ni la mitad de tiempo que un toro de lidia, porsiacaso.
Si se acaba las corridas, se extinguen los toros de lidia, se termina miles de fuentes de empleo, que están detrás de todo este espectáculo, show o como quieran llamarlo.
Para mi no es cultural, porque no somos España, pero si es una tradición festejar las fiestas de Quito, con toros, y no tomo vino en bota, no digo coño!, ni hablo con la "z", simplemente admiro el arte del toreo, aunque haya mucha gente que no tiene idea de eso, solo le gusta ir a chupar y punto, pero también esta en su pleno derecho, y mejor seguirlo haciendo , antes que también lo prohíba el presi, eso podría ocurrir si algún día algún licor que tome el compañerito, sea chiviado, y de las iras, mande a consulta la prohibición.

Unknown dijo...

no estoy de acuerdo. El discurso de las libertades da para cualquier cosa,es mas importante generar condiciones de dignidad humana entre todos y todas que efrascarse en una discusión de tauromaquia, pero pretender confundir una corrida de toros con mi derecho de escoger libremente el entretenimiento que quiero?... vaya y pase en las sociedades snob de donde provienen muchas de nuestras nociones "de alta cultura" pero no se corresponden ni un poquito con las realidades de un pais como el nuestro. Los toros forman parte (tal vez la más simbólica) de un conjunto de actividades atentatorias contra los derechos de la naturaleza establecidos en nuestra constitución. Asi de simple. Y el correlativo que pretende hacer el autor entre el tabaco y la tauromaquia es ingeniosamente inútil, a menos que tanto tabacos como toros pudieran también decidir no ser fumados o faenados

Anónimo dijo...

Hablar de "libertades" es hablar de algo delicado, pero hablar de matar por diversión a los animales solo para que unos cuantos se diviertan, me parece regresar a la época de lo romanos. Que le parecería que unos tipos vengan a su casa, roben a su hijo con el objeto de mandarlo a la guerra por ejemplo, o para cualquier cosa que a alguno se le ocurra? Los animales y las personas merecen el mismo grado de respeto. O es que con su discurso "por que a mi me da la gana" ya hace todo, asi se parece a la persona a la que esta en contra.
Piense un poco en que otras personas "porque les da la gana" pueden atentar contra su salud o contra cualquier ciudadano "porque les da la gana".
Dejemos de ser tan barbáricos, está bien que no todas las preguntas son para poner en fila SI, pero al menos esta no creo que se deba tener duda en cuanto a la elección

nrjm dijo...

bueno, sí, la libertad y esas cosas que usamos como escudo para hacer lo que masomenos nos da la gana... casi como soñar, ¿no?

usted escribe bonito, un par de cosas ahí de semantica que hicieron que me perdiera, pero en general bien escrito...

en cuanto a lo que dice, pues, yo pienso que no está bien argumentado, es decir, hablar de libertad para volver a los toros "porque sí" (porque no nos cuenta qué fue lo que le hizo dejar de verlos) tiende más a esa respuesta política de (también "porque sí") estar en contra del gobierno... como guambra renegado, ¿no?...

bueno, sus razones tendrá, aunque me frustra por demás haber tenido que leer su texto para solo escucharlo gritar su frustración...

por eso le escribo, para decirle que sus palabras estuvieron bonitas, pero demás... por lo menos, a mí no me sirvieron...

cordial,

Nicolás Jara Miranda

Anónimo dijo...

Mi estimado Pajaro, siempre he sido un seguidor de tus publicaciones y esta no ha sido la excepcion, sobre el asunto del tabaco, bueno lo aborrezco porque gracias a Dios mi naturaleza nunca me ha permitido tolerarlo, sin embargo creo en la libertad de quienes eligen fumar, lo unico que les pido es que me dejen respirar, es decir que se vayan a fumar lejos!!!, y en eso concuerdo contigo, en el tema de las libertades, porque el tema esta en no mezclar conceptos. Lo que quiero decir con esto, es que aunque tambien he sido taurino y no he ido a la plaza en los ultimos años, mas por falta de tiempo que de ganas, estoy muy conciente de que el toro sufre mucho antes y durante su lidia y muerte. Estoy convencido de que las corridas de toros, tarde o temprano seran abolidas, y que a eso indefectiblemente tendremos que llegar, solo que la forma es la que no me gusta para nada porque no la considero adecuada, porque aunque esta defendiendo los derechos de los animales, esta yendose directamente contra 2 derechos fundamentales de los humanos: la libertad y el trabajo. Como dije antes, no se trata de prohibir cosas y quitar libertades como se pretende en esta consulta, sino mas bien de llegar a lo mismo con otros mecanismos, como concientizacion (sobretodo del sufrimiento del animal), debates profundos, propuestas para que la gente que vive de esto pueda cambiarse de actividad sin quedar en el aire, etc.,Y no creando la division que se ha generado por estos temas y gastando la cantidad infame de dinero en este proceso, pudiendo invertirlo en obras mas productivas y prioritarias.

Manuela Carcelén dijo...

Comparar el cigarrillo con los toros es como comparar el autoflagelo con el maltrato infantil. Y claro que todos tenemos el derecho de hacernos daño cada vez que se nos de la gana, pero afectar al otro no debe ser una desición de cada uno.
La violencia, en cualquiera de sus formas, es reprochable, más aún cuando vivimos en un país en donde esta se manifiesta en el diario vivir; la política es violenta, la vendedora también, el vecino lo es... el punto es que algunas cosas deben estar prohibidas por la ley para que podamos ajustarnos a un cierto orden social.
No quiero niños ni hombres ni mujeres maltratados, tampoco les deseo lo mismo a los animales.

Anónimo dijo...

Sr. Pàjaro: La desiciòn de fumar o no fumar es muy suya, son sus pulmones, su aliento y su amarillo bigote. Ud. Verá. Pero creo que es importante crear en la gente, principalmente en las nuevas generaciones, ese sentido de respeto por la vida, por los animales, por la naturaleza, por la armonía entre el ser humano y lo que le rodea. No podemos hacer que en diciembre nuestros hijos se conviertan en españoles, más españoles que el Real Madrid incluso, y se encierren a ver la masacre, muerte de un animal y el beneplácito de la gente alcoholizada y españolizada. No podemos enseñarles a nuestros hijos que el maltrato, la tortura, el verle escupir chorrosde sangre a un animal por la boca es cultura o arte. Si no estamos en capacidad de entender esa brutalidad nos la tienen que hacer entender por la fuerza, porque si no volvamos al coliseo romano, retomemos la cultura del canibalismo, y del macho marido mantenedor que puede pegarle a su mujer ebrio porque es el hombre de la casa. Que le parece pajarito.

pxramirez dijo...

Donde esta el derecho a la vida de TODOS LOS ANIMALES, por que hacer una consulta solo para los toros?, acaso que suspendiendo la muerte del toro se terminan todos los vejámenes a los que son sometidos éstos, incluso en las corridas de pueblo, los toros son torturados, es que ahí no existen derechos para los animales? Por que quitaron a los gallos de esta consulta? Acaso no se los arma con espuelas para que se maten entre ellos? ese no es el fin? Hay que trabajar en el humanismo de las personas, de los niños y de los jóvenes y no en la prohibición de las cosas, para que las futuras generaciones tengan respeto por la vida de todo ser vivo, por que ellos lo deciden así, no por que les es permitido o no.

Anónimo dijo...

Estimado Pajaro ... excelente reflexion. Yo, como tu, fui muchas veces a los toros, odiando el espectaculo, ennoviada con el hijo del magnate de la plaza, forzada a sentarme en primera fila, viendo al toro vomitar sangre a pocos metros de mi, teniendo que compartir con los insoportables disfrazados tapas y cognac en la Tasca. Por suerte me libre de ese mundo y jamas volveria a los toros - JAMAS. Y no estoy de acuerdo con las corridas, como tampoco estoy de acuerdo con que la gente coma carne. Todos aquellos que desean el SI para esta pregunta (que por cierto es pura paja), deberian visitar los camales y fijarse como viven y mueren esos pobres animales, en las peores circunstancias higienicas. Supongo que un toro de lidia por lo menos es muy feliz durante sus 4 o 5 anos de vida. Las reses de camal no viven ni un anio. Asi que supongo que si fuera toro, preferiria morir en la plaza a morir en un camal. Y por otra parte, si tanto le interesa al presidente la naturaleza y los animales, entonces que proteja el Yasuni y se deje de pendejadas.

Gracias, Pajaro ... siempre maravilloso leerte.