14 de julio de 2005

TOUR HACIA EL ODIO

Me he quedado sorprendido por el artículo "Tour a casarse" escrito por Pablo Ortiz. La sorpresa, absolutamente desagradable, viene de varias fuentes que el autor enumera con evidente rencor. Por suerte, en lo que nos queda de democracia en este país, quiero usar mi derecho a la libre expresión para comentar el editorial de Ortiz del día 10 de julio de 2005 en el diario "El Comercio" de Quito.

Empieza el señor Ortiz con el argumento de la "natura" comparando a las uniones entre parejas del mismo sexo
con "ballenos" o "tigresas". Este asunto de "lo natural", es un discurso que no tiene que ver con el darwinismo únicamente. Bajo su discurso señor Ortiz, con esa lógica de que los animales son los que determinan la naturaleza humana, entonces, lo "natural" es que los más fuertes se coman a los más débiles porque el pecesito más grande se come al más pequeño, por ejemplo. Por ende las personas con discapacidad, por ejemplo, debido a la natura tergiversada que el autor, o sea usted, defiende, deben ser eliminadas por los más fuertes, por ejemplo los usuarios de automóviles. Quiero que se note la
similitud de este argumento con la ideología nazi, que también consideró a las personas GLBTT (Gay, Lésbico, Bisexual, Transgénero y Transexual) como contra natura (Santo Tomás también los consideró así, como pecadores contra natura en su libro "Summa de Gentiles"). Si en cambio, se analiza a la homosexualidad como un modo de vida que abarca lo cultural y lo biológico visto desde la perspectiva humana, como sostiene el autor Mondimore por ejemplo, no se caería en afirmaciones tan simples y vacías. Sin embargo, para saciar la sed de argumentos biológicos de su merced, cabe decir que
alrededor de 450 especies animales tiene relaciones homosexuales de manera frecuente (El nombre del estudio que muestra esto es "Biological Exuberance Animal Homosexuality and Natural Diversity" de Bruce Bagemihl). Más allá de eso, la antropología cultural nos devela que casi todas las culturas presentan comportamientos homosexuales, y lo que varía es su tratamiento hacia ellos. Los Bredaches, la cultura de los Batak o los Sambia son culturas que aceptan a las
personas GLBTT como parte fundamental de su vida en sociedad y desmienten completamente el argumento de lo
antinatural de las uniones de parejas del mismo sexo. En definitiva, el argumento de natura que usted usa Pablo Ortiz, es maniqueo, simple y devela el poco conocimiento en ciencias sociales y su arraigado prejuicio en temas homosexuales.

Luego Ortiz utiliza el argumento de que la legalización de este proceso de formalización del amor (porque sí señor Ortiz, los homosexuales, aunque no lo crea, también amamos) que es el matrimonio (o cualquier forma de legalización institucional) es demencial pues históricamente según él nunca se ha llevado a la práctica. Nuevamente, esta afirmación es
falsa. Esto demuestra su etnocentrismo y su falta de investigación mister Ortiz. Varias culturas han estipulado dentro de su normativa la de las relaciones homosexuales. En el mundo griego (de donde es Sócrates, quizás el homosexual más influyente de la historia de la humanidad) las relaciones homosexuales entre hombres eran permitidas y constaban dentro de las reglas sociales existentes. En la Roma antigua, de donde viene gran parte del Derecho, incluso el nuestro, se reguló las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo en sus primeras etapas. La historia no es única ni homogénea y pretender describir un hecho histórico a partir de una generalización de su "sentido común" no cuenta señor Ortiz.

Después el señor Ortiz nos habla del pasado mejor (porque el presente con gays visibles es malo básicamente). "Middle age crisis" le llaman los gringos señor Ortiz. No todos los tiempos pasados son mejores, pues hace cincuenta años, bajo las mismas normas de la moral y las buenas costumbres que usted defiende, las mujeres eran incapaces relativas que no
podían celebrar ningún contrato por sí mismas. Tampoco hubiese podido, hace 20 años Monsieur Ortiz, un indígena reclamar sus derechos a no ser discriminado, o un hombre tener relaciones sexuales con otro (que es un derecho y necesidad básica) sin ser metido a la cárcel. Pero supongo que tampoco esos avances en normativa y reconocimiento de derechos le interesan. ¿O sí señor Ortiz?

Luego Ortiz recurre a Shakespeare, nombrando a Romeo y Julieta y haciendo un intento cínico de usar la literatura como deslegitimante del amor homosexual. Dos puntualizaciones señor Ortiz. En primer lugar, el amor homosexual ha sido recurrente dentro de las obras más maravillosas de la literatura universal. Le recomiendo que lea, Rimbaud, Verlaine, Whitman, Gide, Genet, Mishima, Peri Rossi, Arenas, Platón y tantos otros autores y autoras fantásticos que han hablado
del amor homosexual. Creer que el amor es sólo cosa de los heterosexuales se llama heterosexismo amigo Ortiz, y el heterosexismo es el primo hermano de la homofobia. Pero de nuevo mi intuición me dice que eso tampoco le importa, ¿verdad? En segundo lugar, repugna a todos los que amamos y conocemos la literatura, su desconocimiento de la obra de Shakespeare (un estudio de Alfredo Gómez Gil muestra que el autor inglés gustaba sexualmente de los hombres
aunque ese no es el punto esencial de mis argumentos). La obra de teatro "Como gusteis" es una obra de amor
transgénero (sí, de un amor travestido señor Ortiz) y la serie de sonetos dedicados a Mr. W.H. (iniciales que se cree que pertenecieron a Henry Wriothesley, o a William Herbert) tiene un contenido contundente de amor homosexual. Desde luego supongo que no puede usar estas creaciones literarias para sus burdas comparaciones pues no se han realizado películas de ellas.

Finalmente, y ya absolutamente de manera seria, expresarle que su pensamiento es caduco, irrespetuoso e incompatible con la democracia. Que no lo comparto y no lo respeto. Que me parece que se le acerca al fascismo pero con mucho menos talento. Y finalmente, que lo combato porque es imposible entender un mundo diferente con un discurso lleno de prejuicio, sin propuestas, pero sobre todo que fomenta el odio y la división. Esa actitud es lo verdaderamente aberrante.

Hasta luego Señor Ortiz


Diego Falconí
1711606713

Pd. Le adjunto su editorial por si acaso se le olvidó lo que escribió.



TOUR A CASARSE
Por Pablo Ortiz García

Hace unos días recibí el texto de la ley española que
permite el matrimonio entre personas del mismo sexo.
No tengo nada contra la sexualidad de los seres
humanos, pero permitir que se casen "unos con unos" es
demasiado. No se trata de evolución de una institución
jurídica, sino de una involución.
La ley a la que hago referencia es del 1 de julio de
2005, y su texto se inicia con las siguientes frases:
"Juan Carlos I, Rey de España, A todos los que la
presente vieren y entendieren. Sabed: Que las Cortes
Generales han aprobado y Yo vengo en sancionar la
siguiente ley... ". Si bien su Majestad habla de
aquellos que "entendieren" la ley que expide, es
difícil entender un cambio que va contra natura. No es
aceptable el matrimonio de dos "ballenos", ni de dos
tigresas, ni el encuentro de dos pájaros, peor aún que
dos personas del mismo sexo conformen una "familia".
El Rey con esa ley "sancionó" a la naturaleza y al
sentido común.
Sostiene que para expedirla "los códigos de los dos
últimos siglos, reflejando la mentalidad dominante, no
precisaban prohibir, ni siquiera referirse, al
matrimonio entre personas del mismo sexo, pues la
relación entre ellas en forma alguna se consideraba
que pudiera dar lugar a una relación jurídica
matrimonial".
Es lógico: jamás en la historia, ni a los más
dementes, se les ocurrió lo que ahora se acepta.
"Tampoco en forma alguna cabe al legislador ignorar lo
evidente: la sociedad evoluciona en el modo de
conformar y reconocer los diversos modos de
convivencia". Con este argumento, como toda la vida se
ha prohibido el consumo de droga, es hora de
legitimarla, para que el mundo "vuele".
"... No cabe duda de que la realidad social española
de nuestro tiempo deviene mucho más rica, plural y
dinámica que la sociedad en que surge el Código Civil
de 1889. La convivencia como pareja entre personas del
mismo sexo basada en la afectividad ha sido objeto de
reconocimiento y aceptación social creciente, y ha
superado arraigados prejuicios y estigmatizaciones".
Está bien que se mejore, pero irse contra todo
principio ético, moral y natural, me parece una
aberración, por más palabras bonitas que se pongan al
expedir la ley. El poeta español Jorge Manrique
escribió: "...Cualquier tiempo pasado fue mejor", y
con lo expedido por su Majestad, se comprueba aquella
frase.
Se sostiene que los homosexuales podrán realizarse
personalmente con una vida sentimental estable. ¡No
vengan con justificaciones! Los seres humanos tenemos
problemas de tipo afectivo y, a pesar de ello, se ha
avanzado.
Gracias a esta ley va a iniciarse un nuevo tipo de
turismo a España: tours a contraer matrimonio. Si esos
"tortolitos" vienen casados a este país, lo cual no es
nada difícil por la novelería de esa gente, pregunto:
¿cuál será en el futuro el nombre de los esposos :
Luis López de Pérez o Pedro Pérez de López? ¿Qué
apellido adoptarán los hijos: el de él o el de él; el
de ella o el de ella? ¿Qué problemas afrontarán los
hijos de estos "parejos"?
Con esta ley Shakespeare no hubiera podido escribir
"Romeo y Julieta", sino Romeo y Romeo, o Julieta y
Julieta. Y la escena del balcón se hubiera dado entre
dos personas del mismo sexo, ¡qué aberrante!

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