La Asamblea Constituyente es la posibilidad de construir un pacto de vida en común y en ese sentido, la lucha política con el adversario es un tema de estrategias, debate y diálogo, jamás con la utilización de la violencia como una herramienta política. Por eso a su vez decimos con fuerza que las agresiones de ayer, impulsadas por unos cuantos acostumbrados a la violencia como práctica política, no pueden atribuirse como estrategia de los cientos de miles de ciudadanos que en todo el país apoyamos la realización de una Asamblea Constituyente, como un espacio de construcción pacífico y democrático de un país para todos y todas.
El Ecuador necesita estructurar un país nuevo. Frente a la posición de una mayoría del Congreso que se opone al pedido ciudadano de consultar sobre la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente, hay que ser firmes y frontales en el rechazo a esa actitud; pero nunca violentos. Repudiamos radicalmente cualquier agresión a la integridad de las personas, desde una perspectiva profundamente democrática y de total respeto a los derechos humanos, la nuestra es una política de vida, no de muerte ni de violencia.
Quito, 9 de marzo 2007.
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