Jorge Vivanco Mendieta
Diario Expreso, domingo 20 agosto 2006
Si el clamor ciudadano por el cambio de la estructura del Estado se expresó tan elocuente como avasalladoramente el 20 de abril del año pasado, que derrocó al dictócrata Gutiérrez y fue desoído (por no decir traicionado) por el actual Ejecutivo, que trató el asunto en forma tan errónea que se volvió sospechosa.
Si por esto no ha cambiado en nada la estructura política del país y vamos a elecciones aborregados por un esquema legal que, al instituir la partidocracia, ha secuestrado a la democracia a la cual los políticos en trance de candidatos cantan loas.
Si el Congreso es el muro contra el cual han chocado todos los intentos que se han hecho para realizar la reforma que necesita el país y así poder seguir adelante, sacando las garras de los grupos de presión que se han apoderado del poder. Si escuchamos que un candidato a la Presidencia de la República que representa la plutocracia de derecha, afirma sin ruborizarse que uno de sus objetivos es defender las empresas que controla supuestamente acosadas por el SRI que fiscaliza el pago de los tributos diseñando así la orientación de su eventual gobierno.
Si el candidato a la Vicepresidencia en esta misma fórmula, se ufana en discurso público de que su partido haya tendido una trampa a sus partidarios y a la ciudadanía en general, trampa en la cual muchos cayeron, y por eso los llamó tontos, ilusos, ingenuos.
Si los partidos envejecidos y empobrecidos moralmente acuden a figuras destacadas de la farándula, el periodismo, los deportes, para presentar candidatos que hagan el papel de anzuelo para captar votos, con lo cual se degrada mas la actividad política y convierten a ciertos medios de prensa en cantera de candidaturas. Si todo esto vemos, ¿quiere decir que ya no hay remedio para nuestro país, que está condenado a seguir despeñadero abajo sin la menor esperanza?
A ratos esa impresión tiene el pueblo ecuatoriano; pero no es para tanto. Frente a esta clase política que está paralítica, hay una juventud que se está organizando, decidida a intervenir en esta actividad, con toda energía moral, con nuevas propuestas y caminos, enriquecida con ideas frescas adaptadas a la realidad, libre, como conviene a esta hora del pueblo ecuatoriano.
Se trata de jóvenes que han formado varios grupos, entre ellos “Alternativa Democrática”, que es un proyecto emancipador que no busca “el poder para dominar, sino el espacio para transformar; no queremos constituir un gremio de políticos profesionales, sino una organización democrática y ciudadana para que la sociedad se gobierne”, dice el documento básico en el cual plantean su posición.
Propugnan, naturalmente, el cambio que la partidocracia le ha negado a la historia del país; cambio que aspira a limpiar a la política de las formas de corrupción, los negociados a través del Estado, el narcolavado, la usura, la estafa, etc., que configuran una verdadera lumpen burguesía”.
Se reconoce la crisis de legitimidad del actual sistema político, que sin embargo ejerce formas de dominación que producen inestabilidad, todo lo cual “no apunta a mejorar las condiciones de vida sino a hipotecar el futuro”, mediante las formas de exclusión y marginalidad que caracterizan al sistema.
Advierten que existe un país predominantemente urbano, cuya realidad debe ser expresada con un “lenguaje distinto, nuevas demandas, distintos códigos culturales, la emergencia de una generación con nuevas formas de referencia y concepción política”.
En fin, con estos jóvenes, nuevos vientos soplan en el país, mejor dicho están soplando en el mundo y están luchando para aprovecharlos a favor de un proyecto democrático alternativo, a base de que la mundialización “no puede ser solo de los mercados y los medios masivos de comunicación”, sino también de los derechos humanos y el compromiso ético con los sectores vulnerados.
He allí una ventana abierta a la esperanza.
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